Digamos NO a la Corrupcion!

En Honduras "Somos Diferentes"

...un pais con gobiernos comprometidos donde la corrupción campea en todos los ámbitos de la sociedad y el crimen opera impunemente en complicidad con la policia y los organos de justicia, una sociedad controlada por unos pocos grupos economicos y manipulada por un terrorismo mediatico sin precedente.


domingo, 4 de mayo de 2008

El chantaje o extorsión periodística

Una de las características del periodismo hondureños es el número reducido de periodistas y propietarios de medios de comunicación que hacen de la información periodística un bien público al servicio del derecho a la información que merece todo ciudadano. Bien público implica que es de acceso universal, así sea administrado por un particular a diferencia de un bien privado que es de entera disposición personal.
Desgraciadamente, la corrupción de los propietarios de los medios y la tergiversación total de los principios profesionales ha hecho que la información periodística sea considerada un bien privado, sujeto a compra y venta del mejor postor, es decir se ha convertido en una mercancía sujeta a la oferta y la demanda.
Nunca faltarán los periodistas que “producen” noticias para su comercialización en el mercado, principalmente político. Pero, más grave que la mercantilización de la información periodística es la práctica del chantaje. El chantaje o extorsión periodística es la amenaza de difamación a la que se ve enfrentada cualquier persona y especialmente los funcionarios públicos. Y es que aquí surge una de las paradojas más inexplicables de las relaciones entre prensa y Estado. Pues para nadie es un secreto que el número, niveles y diversidad de los actos de corrupción dentro de la administración pública (ministerios, entidades autónomas, alcaldías, órganos de justicia, fuerzas armadas y policiales, entre otros más) es creciente y complejo.
En ese mar de apestosa atrocidad, surgen aficionados al periodismo, incluso periodistas “profesionales”, que aprovechan el inmundo y diversificado universo de las corruptelas estatales para obtener jugosos beneficios a través de la amenaza de difamación, el silencio cómplice o las “campañas” directas o indirectas de difamación, a fin de “quebrar la mano” de sus ocasionales víctimas escudados tras la libertad de expresión y la función de fiscalización y denuncia de la prensa, lo que encontramos es una enfermiza y descarada conciencia cínica que fluctúa temerariamente entre lo moral y lo inmoral liberados de todo tipo de escrúpulos, como los sicarios que atacan a plena luz del día.

No hay comentarios: